Comienza el montaje de las vallas definitivas en las torres del Pilar

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La de Santiago ha quedado protegida por una estructura de metal y en breve se actuará en la de Santa Leonor.

torre del pilar
Valla colocada en la torre de Santiago, la más cercana a los antiguos juzgados.

Las torres del Pilar están más cerca de iniciar sus obras de rehabilitación, que costarán unos dos años y al menos tres millones de euros. Tras levantar, por orden del Consistorio, un vallado provisional como consecuencia de la caída de una piedra de unos dos kilos de la torre de Santa Leonor -que ya registró un primer desprendimiento hace un año- en las últimas horas se han empezado a colocar las vallas definitivas que protegerán las esquinas de la basílica hasta que concluyan los trabajos.

Se trata de una estructura metalizada similar a la que ya instaló en 2022 en la torre de Nuestra Señora del Pilar, la más cercana al Ayuntamiento. Entonces, el Consistorio tuvo que actuar de forma subsidiaria tras la caída de varias areniscas, incidente que se aprovechó para hacer una nueva inspección, que corroboró los daños en las cornisas del templo.

Estas nuevas vallas se pondrán en tres de las cuatro torres, siendo la de San Francisco de Borja -la del ascensor, en el lado del paseo de Echegaray y Caballero-, la única que, a priori, no necesitará de estas medidas de protección.

La torre de Santiago -la más cercana a los antiguos juzgados y una de las que se encontraría en peor estado-, ya luce su nueva imagen, quedando pendiente la de Santa Leonor, donde se actuará en los próximos días. La nueva valla que puede verse en la esquina suroeste de la basílica es de color plateado, aunque se ha optado por pintarla de un tono similar al de la fachada del templo para reducir el impacto visual.

La estructura abarca, además, un considerable perímetro, garantizando de esta forma la seguridad de los viandantes ante los posibles desprendimientos que pudieran producirse en días de fuerte viento y lluvias.

Los próximos pasos

Una vez se hallan puesto todas las vallas se podrá empezar a colocar los andamios, que cubrirán las tres esquinas afectadas, permitiendo analizar, igualmente, el estado de la cúpula central. Tras el análisis de las imágenes tomadas por los drones de los Bomberos de Zaragoza, la intención es hacer un nuevo estudio -llevando incluso al laboratorio muestras de las piedras afectadas y de las que siguen en su sitio- para determinar en qué puntos es prioritario actuar.

También queda pendiente la reunión entre los responsables del Cabildo, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de Aragón. Aunque el encuentro, que se prevé clave para minimizar el posible impacto turístico de las obras, no tardará en producirse, el cambio de gobierno en el Pignatelli podría demorar ligeramente los plazos previstos.

La basílica, Bien de Interés Cultural, es el principal pilar de la oferta turística de la Comunidad. Atrae a más de cinco millones visitantes al año, de ahí la necesidad de conocer al detalle los efectos que tendrán las obras en su estructura, que obligarán a ir piedra a piedra.

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