Dos jóvenes aragoneses regalan al Papa una medida de la Virgen del Pilar

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Durante el reciente Jubileo de la Juventud celebrado en Roma, que congregó a cerca de un millón de jóvenes en torno a la Plaza de San Pedro, también hubo un gesto muy especial vinculado a Aragón y a la devoción pilarista. Aunque entre los asistentes se encontraban unos 1.500 peregrinos aragoneses, fueron dos recién casados quienes vivieron un momento único al ser recibidos personalmente por el Papa León XIV en una audiencia general.

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Los aragoneses recién casados, entregándole al papa León XIV una medida de la Virgen del Pilar.

Un encuentro personal con el Pontífice

Los protagonistas son María Eugenia Campo y Diego Loras, feligreses de la basílica de Santa Engracia de Zaragoza, que se encontraban en Roma disfrutando de su viaje de novios. El miércoles 30 de julio tuvieron la oportunidad de saludar al Papa, conversar con él durante unos minutos y recibir la bendición apostólica, además de unas palabras de aliento sobre la vida matrimonial.

“Fueron apenas cuatro minutos, pero el Santo Padre se mostró muy cercano, escuchaba con interés y nos dio un consejo precioso para el matrimonio”, recuerda Diego.

Recuerdos de Aragón y vínculo espiritual

El encuentro tuvo además un matiz muy aragonés. Diego, natural de Teruel, mencionó al Papa su procedencia, recordándole que en la cruz pectoral que porta habitualmente se conserva una reliquia del beato Anselmo Polanco, obispo de Teruel y mártir de la Guerra Civil española.

Por su parte, María Eugenia evocó con emoción la visita de León XIV a Zaragoza hace dos décadas, cuando estuvo en el colegio de los Agustinos. “Todavía se acordaba de la ciudad”, comenta la joven.

El regalo: una medida de la Virgen del Pilar

Siguiendo la tradición de entregar un obsequio en estas audiencias, la pareja decidió llevar un símbolo muy arraigado en Aragón: una medida de la Virgen del Pilar. En su boda, celebrada el 26 de julio en la iglesia de San Carlos, ya habían ofrecido a los invitados cintas pilaristas como recuerdo, algunas incluso a familiares y amigos llegados desde fuera de España.

En esta ocasión, entregaron al Papa una cinta con los colores de la bandera de España, signo del profundo vínculo entre su fe y su tierra. Entre sonrisas, Diego añade: “Si lo hubiéramos pensado antes, también le habríamos llevado una camiseta del Real Zaragoza, a ver si así ascendemos”.

Agradecimiento especial

El matrimonio expresó su gratitud a Fernando Arregui, párroco de la iglesia de San Gil y actual oficial de la Congregación de Obispos en la Curia vaticana, cuya ayuda fue determinante para que pudieran vivir esta experiencia irrepetible de recibir la bendición papal de manera tan cercana.

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