La restauración de las torres de Pilar se retoma esta semana con nuevos andamios

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El traslado del material para levantar los andamios ya ha comenzado y se espera que la plaza de Zaragoza esté diáfana para las fiestas de octubre.

Heraldo de Aragón

la torre de nuestra senora del pilar la primera en la que se va a intervenir
La torre de Nuestra Señora del Pilar, la primera en la que se va a intervenir | Toni Galan

La restauración de las torres del Pilar de Zaragoza se iniciará esta misma semana. Y desde este lunes ya se estaban empezando a trasladar a la plaza los materiales que permitirán levantar el andamiaje necesario para los trabajos. Los últimos trámites legales ya se han cumplimentado y el Cabildo ha elegido la empresa constructora que va a realizar las obras: Kalam. 

«Es una firma especializada en restauración de patrimonio histórico. El último edificio en el que ha intervenido es la Giralda de Sevilla, pero ha trabajado también en las catedrales de Sevilla, Toledo y Santiago de Compostela, en la sede del Banco de España en Madrid o en el Senado», anunciaba este lunes el canónigo José Antonio Calvo, jefe de Gabinete del arzobispo de Zaragoza. En realidad, la restauración propiamente dicha tardará unos días e iniciarse porque lo primero es el levantamiento del andamiaje necesario para los trabajos, y esta tarea ocupará varios días.

En realidad, la restauración propiamente dicha tardará en iniciarse porque la construcción del andamiaje no es tarea fácil. «Es un proceso complejo porque la estructura se adapta al centímetro a la fisonomía de la torre -aseguraba Javier Ibargüen, el arquitecto que dirigirá los trabajos-. El plazo máximo para levantar los andamios es de 45 días, lo que ya da una idea de lo complejo que es. La empresa que se va a ocupar de ello ha escaneado y ha hecho un modelo en 3D de las torres para diseñar el andamio adecuado en cada caso».

«La empresa que se va a ocupar de ello ha escaneado y ha hecho un modelo en 3D de las torres para diseñar el andamio adecuado en cada caso».

Javier Ibargüen

Las torres no padecen problemas estructurales. Se decidió intervenir en ellas después de registrarse varios desprendimientos que no causaron daños personales. Pero la restauración va a ser más ambiciosa de lo que se preveía en principio y no se va a limitar a reparar las cornisas para evitar nuevos desprendimientos. Va a ser global.

Se desarrollará en dos fases. En la primera, que se ejecutará este año, se trabajará en las dos torres que dan a la plaza del Pilar, las de Santiago y Nuestra Señora del Pilar. La segunda afectará a las dos que dan al paseo de Echegaray y Caballero. El presupuesto de ejecución de la primera fase, según revelaba ayer José Antonio Calvo, es de 2,15 millones, financiados exclusivamente por el Cabildo catedralicio. «El Pilar se mantiene exclusivamente por las donaciones de sus fieles -subrayaba Calvo-. El año pasado registró 4 millones de visitantes».

El arquitecto que dirige los trabajos es Javier Ibargüen, otro especialista en restauración, que en varias ocasiones ha reiterado que las torres, estructuralmente están en buen estado pero que hay que tomar medidas para evitar el deterioro que causan las palomas que anidan en ellas. Ibargüen (Calatayud, 1952) es un arquitecto de larga trayectoria en el campo de la restauración monumental. Ha sido responsable de proyectos tan importantes como el monasterio de Rueda, la catedral y museo diocesano de Jaca, la iglesia de San Pedro el Viejo o el monasterio del Santo Sepulcro de Zaragoza.

«No las vemos en la plaza pero las palomas están dentro de la torre y causan importantes daños. Vamos a darle una solución definitiva a este problema»

Javier Ibargüen

El Pilar es un nuevo reto en su trayectoria. Dos son los puntos clave: las cornisas y los daños causados por las palomas. Para las primeras, la solución que va a adoptar Javier Ibargüen es cubrirlas con una lámina de chapa (zinc o plomo), ya que no son de piedra sino de mortero de restauración. Así se ha hecho ya en la catedral de la Seo o en la portada de la basílica de Santa Engracia, con buenos resultados.

Más complicado es resolver el problema de las palomas. Salvo la torre del ascensor, las otras tres presentan serios daños por su causa. La idea es cubrir todos los huecos con una malla metálica. «No las vemos en la plaza pero están dentro de la torre -subrayaba José Antonio Calvo- y causan importantes daños. Vamos a darle una solución definitiva a este problema».

El Ayuntamiento de Zaragoza ha creado una comisión de seguimiento que presta asesoría técnica y medios auxiliares a la propiedad de la basílica para ejecutar los trabajos.

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