¿Qué celebramos el día de la Inmaculada?

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En esta publicación veremos los orígenes históricos de la devoción a la Inmaculada Concepción, cuya fiesta se celebra el día 8 de diciembre. No se trata de una advocación mariana en sentido estricto, sino de una de las verdades que definen a la Virgen María. La doctrina de la Inmaculada Concepción siempre ha estado viva en la tradición de la Iglesia Católica pero en 1854 esta verdad se eleva a rango de dogma. La Inmaculada Concepción es uno de los cuatro dogmas marianos (María Madre de Dios, María Siempre Virgen, La Inmaculada Concepción de María y la Asunción de María).

Aunque muchos piensen que la patrona de España es la Virgen del Pilar, en realidad esto no es así. Según explica el P. José María Bordetas, capellán de la basílica del Pilar: “la patrona de España es la Inmaculada Concepción de María, porque en España fue una abanderada en que la Iglesia proclamara este dogma. Sin embargo, fue en el siglo XVIII cuando se nombró a la Virgen del Pilar como patrona de todos los pueblos Hispanoamericanos”.

Hay que señalar que la corona de la coronación canónica de la Virgen coincidió con una peregrinación que impulsó San Pío X en 1905 con motivo del 50º aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada.

¿Qué significa que España fuera una abanderada en la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, tal y como apunta el P. Bordetas? Para ello, y dejando de lado precedentes anteriores, hemos de remontarnos al invierno de 1585 y trasladarnos a una región pantanosa de los actuales Países Bajos donde las tropas de los tercios españoles se encuentran aisladas y rodeadas por el enemigo en una situación extremadamente crítica.

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El milagro de Empel, por Augusto Ferrer-Dalmau (2015)

El milagro de Empel y la Inmaculada Concepción

La batalla de Empel, llamado en España como milagro de Empel, ocurrió los días 7 y 8 de diciembre de 1585 durante la guerra de los Ochenta Años, en la que un Tercio del ejército español, el Tercio Viejo de Zamora, comandado por el maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla, se enfrentó y derrotó en condiciones muy adversas a una flota de cien barcos​ de los rebeldes de los Estados Generales de los Países Bajos, bajo mando del almirante Felipe de Hohenlohe-Neuenstein.

En España la tradición católica ha considerado que la victoria fue gracias a la intercesión de la Inmaculada Concepción y por ello fue proclamada patrona de los Tercios españoles, actual Infantería Española.

Batalla de Empel, narrada por el General César Muro

Patrona de los tercios de Flandes e Italia

De acuerdo con las crónicas, el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla, compuesto por unos cinco mil hombres, combatía en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueada por completo por la escuadra del almirante Filips van Hohenlohe-Neuenstein. La situación era desesperada para los Tercios españoles, pues, además del estrechamiento del cerco, había que sumarle la escasez de víveres y ropas secas.

El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante tal respuesta, Hohenlohe-Neuenstein recurrió a un método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio.

En ese crítico momento un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Virgen María. Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada.

Esa noche se desató un viento completamente inusual e intensamente frío que heló las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Hohenlohe-Neuenstein llegó a decir: «Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro». Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.

Francisco Arias de Bobadilla

Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos

Francisco Arias de Bobadilla
Filips van Hohenlohe Neuenstein 1

Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro

Felipe de Hohenlohe-Neuenstein

¿Se puede visitar hoy la capilla de Empel?

Actualmente las visitas y la devoción a la pequeña capilla de la Virgen de Empel está adquiriendo un dinamismo cada vez mayor. Una de las últimas visitas ha sido el 3 de diciembre de 2022. Además, en el año 2000 se creó la Fundación Capilla Oud-Empel (Stichting Kapel Oud-Empel) cuya misión es gestionar la capilla María en la Empelsedijk, construida en memoria de este acontecimiento, gestionar las visitas y peregrinaciones, organizar recreaciones históricas y eventos culturales para grupos de visitantes y ofrecer un entorno religioso adecuado para la oración y la meditación.

¿Qué dice la Iglesia sobre la Inmaculada Concepción?

El Catecismo de la Iglesia Católica, entre los puntos 490 y 493 recoge la doctrina católica sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen María. En el punto 491 se alude a la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción por el Papa Pio IX el 8 de diciembre de 1854 mediante la bula Ineffabilis Deus.

Sin embargo, como hemos visto, la Inmaculada Concepción ya estaba muy arraigada en la devoción popular siglos antes de su definición dogmática y así se demuestra por el extraordinario desarrollo iconográfico que tuvo en la pintura española del siglo de oro.

La Inmaculada Concepción de María explicada por Monseñor Munilla, actual obispo de Orihuela-Alicante

Iconografía de la Inmaculada Concepción

La iconografía de la Purísima o Inmaculada Concepción (cuya devoción adquiere gran arraigo en el Occidente bajomedieval, muy apoyado por ciertas órdenes religiosas -especialmente los franciscanos- y por la Monarquía Hispánica, pero que no se oficializó en Trento y hubo de esperar al reconocimiento papal en el siglo XIX) es una de las más complejas.

Inicialmente se insistía en la función esencial de la Virgen en la genealogía de Cristo, representada en el árbol de Jesé, tema iconográfico que aparece en los siglos XI y XII (Evangeliario de la Sainte Chapelle, Biblia de san Benigno de Dijon, relieve de Nôtre Dame la Grande de Poitiers) y se desarrolla en las portadas de las catedrales góticas francesas.

También se utilizaba para ello la escena del casto encuentro entre San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada de Jerusalén (retablo de la capilla de Santa Ana en la catedral de Burgos, de Simón de Colonia, tabla de Alonso Berruguete en la catedral de Palencia, retablo de la capilla de Santa Ana en la catedral de Burgos, de Gil de Siloé y Diego de la Cruz, retablo mayor del Pilar de Zaragoza, de Damián Forment, retablo mayor de la catedral de Valencia, de Fernando Yáñez y Fernando Llanos, retablo de la catedral de Segorbe, de Vicent Macip) y la Santa Ana Triple (Santa Ana, madre de la Virgen, como trono de esta, y esta del Niño Jesús); incluso una escena de más oculto simbolismo, como es la caza del unicornio (que ya había sido utilizada por San Isidoro de Sevilla).

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Bartolomé Esteban Murillo, Inmaculada Concepción de El Escorial, hacia 1660-1665, óleo sobre lienzo, 206 x 144 cm, Madrid, Museo del Prado.

La codificación desarrollada en la pintura sevillana de la primera mitad del siglo XVII (Francisco Pacheco)​ y que se repite con pocas variantes desde entonces la identifica con la enigmática “mujer vestida del sol” del Apocalipsis:

  • Incluye la “corona de doce estrellas” y su enemistad con un “gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás”, pisando a tal figura.
  • Que también pise a la luna suele interpretarse como una referencia al enfrentamiento entre cristianismo e islam, dado que el la luna creciente es su símbolo (particularmente del Imperio otomano); aunque lo que se dice en el texto del Apocalipsis es “la luna debajo de sus pies“.​
  • Además de esos elementos, se determinó su representación como una mujer joven, con túnica blanca (símbolo de pureza) y manto azul (símbolo de eternidad);​ aunque los colores usados en manto y túnica de la Virgen son tradicionalmente el azul y el rojo.

Entre los pintores que trataron el tema, destaca especialmente Bartolomé Esteban Murillo, que lo pintó unas veinte veces (se le conoce como “el pintor de las Inmaculadas”).

Sin embargo, la iconografía de la Inmaculada Concepción no se circunscribe a un glorioso pasado artístico recogido en los manuales de historia del arte. Está mucho más próxima a nuestra historia reciente y a nuestras instituciones de lo que solemos creer. Tal es el caso de la creación de la bandera de la Unión Europea.

¿Y qué tiene que ver la bandera de la Unión Europea con la Inmaculada Concepción? Veámoslo.

La bandera de la Unión Europea

La bandera de la Unión Europea está representada por 12 estrellas en círculo, sobre un fondo azul. Hay todo tipo de teorías sobre su significado, pero una de ellas tiene un simbolismo plenamente cristiano y católico.

1955. El Consejo de Europa saca a concurso el diseño de la bandera común europea. El ganador es Arsène Heitz, un artista de Estrasburgo. Su boceto consiste en un círculo de 12 estrellas sobre un fondo azul. Siendo entonces sólo seis los Estados miembros. Heitz argumenta que el 12 simbolizaba en la antigüedad la plenitud, por eso el número de estrellas. Pero no es ésa la única razón de su inspiración.

Católico practicante, Arsène llevaba al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa, a la que veneraba. La devoción popular ha querido ver en la Milagrosa a la misteriosa mujer del Apocalipsis: vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de 12 estrellas sobre su cabeza. O sea, que la bandera de la Unión Europea, la misma que ondea en tantísimos edificios públicos, la misma que adorna las matrículas de los vehículos, está inspirada en la corona de la Virgen.

Pero todavía hay más. Por motivos de agenda de los jefes de Estado de la época, la sesión solemne en la que oficialmente se adoptó la bandera diseñada por Heitz tuvo lugar el 8 de diciembre de 1955. Repetimos: 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción. ¿Casualidad? ¿Astucias de la historia, como diría Hegel? ¿O un guiño a sus súbditos de la que durante siglos fue considerada la Reina de Europa?

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