Así es la escultura de Escrivá de Balaguer que se inaugurará en la basílica del Pilar de Zaragoza

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La artista navarra Diana García Roy ha terminado ya el modelo definitivo de la primera de las esculturas que el Cabildo de Zaragoza le ha encargado para la basílica del Pilar, la de san José María Escrivá de Balaguer. Enseguida abordará la de santa Genoveva Torres. Ambas se ‘inaugurarán’ en diciembre en la capilla de san Joaquín de la basílica, cuya restauración se va a iniciar pronto.

Heraldo de Aragón. Mariano García

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Diana García Roy ha terminado el modelo definitivo de la escultura en su estudio madrileño | Enrique Cidoncha

Los expertos piden un plan integral de restauración para las pinturas del Pilar

¿Cómo concibe el arte sacro? ¿Se puede practicar sin fe?

La escultura religiosa es un medio de satisfacer la necesidad que tiene el hombre de lo transcendente. Debe impactar en el corazón y tener fuerza necesaria para elevar el espíritu y ayudar a rezar, de forma que nos transforme profundamente. En una obra de arte es fundamental el ‘espíritu’ que transmite lo que el artista lleva dentro. En el arte sacro, ¿cómo va a transmitir la fe alguien que no la tiene?

La iconografía del arte sacro es muy precisa. ¿Hasta qué punto se puede innovar?

Llevamos demasiado tiempo copiando el arte de hace siglos. Pero en cada época de la historia se fueron desarrollando distintos estilos con toda naturalidad, al ritmo del arte, de la arquitectura, de la vida… Románico, gótico, renacimiento, barroco… En el siglo XXI es urgente un arte sacro actual, un avance de acuerdo a nuestros tiempos. Que partiendo de un mínimo de referencia figurativa, conecte con el hombre de hoy, le conmueva en lo más íntimo y le lleve a Dios.

Usted humaniza los personajes religiosos. Sus vírgenes son, sobre todo, madres.

Sí. Me parece importante saber a quién estás esculpiendo y qué quieres transmitir. Con toda la dignidad de la Virgen, quiero hacerla cercana porque es real que tiene un corazón inmenso y tan humano como el nuestro. A veces pensamos que Dios y la Virgen están muy lejos y distantes de nosotros, y es todo lo contrario: están muy cerca y esperando a que acudamos a ellos. Me gustaría reflejar en mis esculturas esa acogida, esa mirada maternal y seguridad de que Ella siempre escucha.

¿Qué condiciones le puso el Cabildo para las esculturas de Escrivá de Balaguer y Genoveva Torres?

Me dejó plena libertad. Solamente me indicó el lugar donde iban a ser instaladas. Pasé tiempo en la capilla de San Joaquín, allí sola, sentada y pensando. ¿Cómo deberían ser las esculturas para que transmitieran su personalidad, su vida y mensaje? Y que resultaran atractivas, amables y acogedoras tanto al que acuda a pedirles ayuda o a cualquier turista que pasea… Hice después una propuesta concreta de tamaño, postura y materiales, además de un boceto a pequeña escala y lo aprobaron. Este encargo está siendo muy especial para mí. Primero por tratarse de la Virgen del Pilar, a la que tengo gran devoción, y después porque tengo un abuelo aragonés, que nació cerca de Calatayud y al que le habría encantado saber que su nieta tiene obra en la catedral.

A la de Escrivá de Balaguer solo le falta ser fundida. ¿Cómo ha querido representar al santo?

Ya le hice una escultura para la parroquia de Santa Engracia, y allí lo representé como en aquellas tertulias filmadas que tuvo en los años 70. Desde el estrado en el que él se situaba, miraba ligeramente hacia abajo, dando un paso hacia la persona que le preguntaba. En el Pilar la escultura conmemora el centenario de su ordenación sacerdotal en Zaragoza y su inmenso cariño a la Virgen del Pilar, donde celebró su primera misa. Por ello va con la Virgen del Pilar en el centro de su vestidura, a la altura del pecho, donde la arropa con su mano derecha. Su mano izquierda se dirige extendida hacia el que se acerca a rezarle, en un gesto de acogida y a la vez de ánimo. El rostro es el de los años 70. Una vez aprobado el modelo en cera, lo pasé a escayola. Ya está terminado. Ahora se realizará un molde de silicona y escayola para comenzar el proceso de fundición en bronce a la cera perdida. El proceso será idéntico con la escultura de Genoveva Torres. Ambas tendrán una pátina en un tono tostado claro, dorado suave.

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Diana García Roy ha terminado el modelo definitivo de la escultura en su estudio madrileño | Enrique Cidoncha

Figurativa y abstracta

Diana García Roy (Pamplona, 1972) es licenciada en Bellas Artes por la Complutense y desde 1999 se dedica a la escultura. «Empece una carrera universitaria distinta -recuerda- y me di cuenta de que lo que había pintado y modelado no era un hobby, sino una necesidad interior. Así que empecé Bellas Artes».

Su carrera artística, jalonada de premios y de exposiciones, se articula en dos líneas paralelas: los encargos, principalmente de arte sacro, campo en el que ha destacado dentro de un marco figurativo; y la línea de creación personal, más abstracta. Dentro de su trayectoria, destaca como gran influencia el periodo en el que trabajó junto a Venancio Blanco. «Fue mi gran maestro y una gran persona –relata–. No sólo me enseñó su técnica, sino que me transmitió lo que es realmente la escultura. Un buen maestro no pretende que tengas su mismo estilo, sino que saca lo mejor de ti. A mí me orientó en esos momentos difíciles de los comienzos, ayudándome a que siguiera mi camino. Entrar en su estudio, ver en lo que estaba trabajando y hablar con él, fue cambiando mi manera de ver la escultura».

Diana García Roy tiene una obra pública variada, no solo religiosa (es autora de tres monumentos a Miguel Ángel Blanco, entre ellos el busto del Ayuntamiento de Ermua; y del monumento a Gonzalo de Berceo en San Millán de la Cogolla). Pero ha desarrollado también una línea abstracta personal al margen de los encargos. «Mi obra personal es realmente lo que llevo dentro. Los encargos de obra religiosa fueron surgiendo y los he hecho compatibles con mi obra personal. Pero están muy condicionados por el cliente y la función que deben desempeñar. Con mi trabajo busco transmitir vivencias personales ocurridas en lugares concretos. Busco una escultura que refleje el espíritu».

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