El Cabildo ha encargado un informe a Javier Ibargüen, que aconsejará la restauración integral
Heraldo de Aragón

El Cabildo Metropolitano de Zaragoza encargó ayer al arquitecto que dirige la restauración de las torres del Pilar, Javier Ibargüen, un informe sobre el estado de la bóveda pintada por Ramón Bayeu que sufrió un desprendimiento el pasado sábado en la basílica. Y el arquitecto, a últimas horas de la tarde, señalaba que había podido estudiar someramente su estado, pese a la dificultad de acceso a la cúpula y su deficiente iluminación. «El trozo que cayó al suelo enlaza con una grieta del revoco de la bóveda, una grieta que hay que reparar de inmediato, pero que no es tan preocupante como otra, mucho mayor, en otra zona de la pintura», señalaba Ibargüen. «Lo que voy a recomendar al Cabildo es que repare esa bóveda de inmediato, sin dilación». El Cabildo se reúne la próxima semana y lo lógico es que apruebe seguir las recomendaciones del arquitecto, pero existe un problema que no es menor: la financiación.
«El trozo que cayó al suelo enlaza con una grieta del revoco de la bóveda, una grieta que hay que reparar de inmediato, pero que no es tan preocupante como otra, mucho mayor, en otra zona de la pintura»,
Javier Ibargüen
El Cabildo costea en estos momentos la restauración de las torres del Pilar: 2,15 millones de euros en la primera fase (una torre), pero ha acelerado en la ejecución de las obras y se van a simultanear los trabajos en las dos más cercanas a la plaza. Ayer mismo empezó el traslado de los materiales para levantar los andamios que permitirán intervenir en la torre de Santiago, tarea que comenzará en los próximos días. Si al principio se pensaba dejar esta segunda torre para el año que viene, ahora se piensa en realizar las obras en las dos. «Creemos que la de Santa María del Pilar podría estar terminada antes de las fiestas de octubre –señalaba ayer Ibargüen–, y que la otra incluso podría estar lista este año. Pero esto no es seguro, depende un poco de cómo nos la encontremos, porque ahora trabajamos con una previsión en función de las imágenes de los daños que hemos obtenido mediante drones. Hasta que no esté el andamio levantado no se puede evaluar con total precisión el trabajo que hay que hacer».
El Cabildo, por otro lado, va a iniciar en los próximos meses la restauración de las capillas de San Joaquín y Santiago (esta última se contempla más bien como un proyecto a largo plazo). Y el presupuesto lo aportará íntegramente.
En este punto ha llegado ahora el desprendimiento en la bóveda pintada por Bayeu. Se ha descartado estudiarla usando una autoescala de bomberos (en el suelo está la entrada a la cripta) y también mediante drones. «No tiene apenas luz, la única manera de conocer su estado real es montar un andamio, subir y estudiarla de cerca –señala Ibargüen–. Lo que se suele hacer en estos casos es sellar las grietas, pero aquí creo que no es suficiente, hay que restaurar la pintura y garantizar su supervivencia». Es lo que se hará si se encuentra una financiación de la que ahora el Cabildo no dispone. Si finalmente se encuentra, habrá andamios en el interior del templo durante varios meses. Ello podría suponer un problema para los fieles, por la cercanía a la puerta principal, por donde suelen entrar y porque desempeña un importante papel en algunas ceremonias de la Semana Santa. Pero el arquitecto minimiza el impacto. «En caso de levantarse el andamio, se haría de forma que apenas molestara el tránsito habitual. Que el público pueda pasar por debajo», apunta.
En cuanto a la restauración de las torres, además de la inminente instalación del andamio para obrar en la segunda de ellas, Ibargüen avanza que se van a aprovechar las obras para renovar los pararrayos de la basílica. Ahora hay cuatro, uno en cada torre, y se van dejar únicamente dos, modernos y funcionales, al tiempo que se renovará toda la instalación. La torre en la que actualmente se trabaja parece más deteriorada que las otras tres.